desprendimiento al ver atrás solo
quedaron más caminos adelante
pasar de largo soltar la lágrima colgante
y saltar de una en una sobre esas
plantas de pantanos salados
soñando el encuentro en tarde de otoño
besar para siempre la despedida
despedazar el rompecabezas del tiempo
girar llegar a vos sin tocarte
respirarte recordar el olor tu olor el nuestro
y seguir partiendo
del puente amarillo puede ser
cruzar al fin y cortar las riendas
de la yegua que soy y continuar
saber que encontrarte es allá
(y no la quiero nombrar
porque este poema es) de colores
es de desprendimiento preñado
de esperanza de risas imaginadas
¿y cómo decir esto que brilla? en
la barriga de la niña que fui y sigo
siendo cuando me rozas de lejos
de un lugar que no conozco me vienes
con apretones que aun no existen y
te veo en el fondo de la vida bailando
de la mano de la octava nota musical
de pie a pie marcando el ritmo
de nuestras huellas cambiantes
¿a dónde vas? a desprender
a tropezar en el intento desde la infancia
lo hacemos y cómo nos gusta la manía
de seguir cayendo por eso saltar
desprender desgarrar el
suelo ser aire y ahí seguro
te encuentro y vamos como
invisibles con las plumas del color
que tiene la gota del sol que se prolonga
entre tu pecho y mis tetas tan lindas decís
(mientras alimento tu boca
con palabras obscenas)
acá en el recuerdo o allá en la ilusión
seguir deseando “que no acabe
la poesía para seguir reviviéndonos”
en cada suspiro al pronunciar
entre versos impresos besos nuevos
en la línea sabrosa de punta en blanco
en el espacio doble del papelito
en los poemas que no se nos acabe
la poesía de seguir llorando de querer
ir cabalgando hasta la última página
y ahí sí acabar para empezar de nuevo
un revoloteo de hojas infinitas
que escriban lo que no se puede
nombrar eso que somos y nadie
sabe eso que queremos y nos da miedo
eso dicho por alejandra sin escribir
eso cantado por luis alberto de un tirón
y que siga obrando la poesía
nosotros esperamos seguir siendo
amados y hacerlo hasta
en el número de página la nota al pie
de los pasos continuos del desprendimiento
arraigado en las nubes en la luna de babel
en la torre de valencia y saber nada
existe sin nosotros mientras vagamos
en la cordillera de los cuerpos
entre vivas de pepas entre felicidad y
asombro de mirarnos en el río
que brota de la boca de la risa de eso
que sale de mis pupilas que tanto te
gusta sorber de mi ojo cuando
lloro porque si si entre tanto
vivir se me va la vida queriéndote todo
aunque sepa que en alguna encrucijada
deba desprenderme incluso de mi imagen
en tu recuerdo ido hacia el pasado que estará
y cruzar un nuevo puente y encontrarme
sin querer y comenzar nuevamente
en cualquier tarde de otoño juntar
las piezas rotas de un rompecabezas perdido
armar otro tiempo andar conmigo
reescritos por destino por azar por deseo
y así destruir las ideas eso no
sirve para lo que viene si
nada se entiende al fin y todo se da
incluso mi mano en tu pelo que crece
debajo de mi mano en la página en blanco
del idioma inventado al abrir las ventanas
a media noche de tanto olor a silencio
a paz acuática de mi saliva en tu alma entera
dormir desprender la vida soñar
despertar sin discernir la vigilia
releer el sueño que aun no somos
habitar por siempre el espacio inicial
la partida en el puerto la llegada
de tu nombre y tu canción al borde
de mi vida desprendida de su sombra
y avanzar por cualquier río delante
en forma de gota que surge de los cuerpos
disgregados del tiempo un poco más
acá cerca de mí sin esperar quedar
y preguntar ¿esto es vivir? y saber que no
que morimos cada tanto y basta descorchar
una nueva carilla ver poesía tomarla toda
como hago yo y que te gusta tanto
cuando muero y te mato y las estrellitas
tragadas reviven en mi vientre calle adentro
también se disgregan como todos
cuando bebemos poesía cuando disfrutamos
el gusto de la vida que sale de adentro
del libro del cuerpo es el mismo
viaje de libertad de silencio y soledad
porque estamos y solos no nos hace falta
decir para ser para sonreír solamente
desprenderse armar uno de esos
rompecabezas del tiempo y vivir
nunca igual inventar crear de tu mano
una posibilidad de seguir creyendo
en ir subir alcanzarnos y respirar
el aire que imprimen las letras
de esto que no comprendemos
y sin embargo nos mata y nos vive
en cada dirección de nuestras miradas
y descubrir la necesidad de desprendernos
quedaron más caminos adelante
pasar de largo soltar la lágrima colgante
y saltar de una en una sobre esas
plantas de pantanos salados
soñando el encuentro en tarde de otoño
besar para siempre la despedida
despedazar el rompecabezas del tiempo
girar llegar a vos sin tocarte
respirarte recordar el olor tu olor el nuestro
y seguir partiendo
del puente amarillo puede ser
cruzar al fin y cortar las riendas
de la yegua que soy y continuar
saber que encontrarte es allá
(y no la quiero nombrar
porque este poema es) de colores
es de desprendimiento preñado
de esperanza de risas imaginadas
¿y cómo decir esto que brilla? en
la barriga de la niña que fui y sigo
siendo cuando me rozas de lejos
de un lugar que no conozco me vienes
con apretones que aun no existen y
te veo en el fondo de la vida bailando
de la mano de la octava nota musical
de pie a pie marcando el ritmo
de nuestras huellas cambiantes
¿a dónde vas? a desprender
a tropezar en el intento desde la infancia
lo hacemos y cómo nos gusta la manía
de seguir cayendo por eso saltar
desprender desgarrar el
suelo ser aire y ahí seguro
te encuentro y vamos como
invisibles con las plumas del color
que tiene la gota del sol que se prolonga
entre tu pecho y mis tetas tan lindas decís
(mientras alimento tu boca
con palabras obscenas)
acá en el recuerdo o allá en la ilusión
seguir deseando “que no acabe
la poesía para seguir reviviéndonos”
en cada suspiro al pronunciar
entre versos impresos besos nuevos
en la línea sabrosa de punta en blanco
en el espacio doble del papelito
en los poemas que no se nos acabe
la poesía de seguir llorando de querer
ir cabalgando hasta la última página
y ahí sí acabar para empezar de nuevo
un revoloteo de hojas infinitas
que escriban lo que no se puede
nombrar eso que somos y nadie
sabe eso que queremos y nos da miedo
eso dicho por alejandra sin escribir
eso cantado por luis alberto de un tirón
y que siga obrando la poesía
nosotros esperamos seguir siendo
amados y hacerlo hasta
en el número de página la nota al pie
de los pasos continuos del desprendimiento
arraigado en las nubes en la luna de babel
en la torre de valencia y saber nada
existe sin nosotros mientras vagamos
en la cordillera de los cuerpos
entre vivas de pepas entre felicidad y
asombro de mirarnos en el río
que brota de la boca de la risa de eso
que sale de mis pupilas que tanto te
gusta sorber de mi ojo cuando
lloro porque si si entre tanto
vivir se me va la vida queriéndote todo
aunque sepa que en alguna encrucijada
deba desprenderme incluso de mi imagen
en tu recuerdo ido hacia el pasado que estará
y cruzar un nuevo puente y encontrarme
sin querer y comenzar nuevamente
en cualquier tarde de otoño juntar
las piezas rotas de un rompecabezas perdido
armar otro tiempo andar conmigo
reescritos por destino por azar por deseo
y así destruir las ideas eso no
sirve para lo que viene si
nada se entiende al fin y todo se da
incluso mi mano en tu pelo que crece
debajo de mi mano en la página en blanco
del idioma inventado al abrir las ventanas
a media noche de tanto olor a silencio
a paz acuática de mi saliva en tu alma entera
dormir desprender la vida soñar
despertar sin discernir la vigilia
releer el sueño que aun no somos
habitar por siempre el espacio inicial
la partida en el puerto la llegada
de tu nombre y tu canción al borde
de mi vida desprendida de su sombra
y avanzar por cualquier río delante
en forma de gota que surge de los cuerpos
disgregados del tiempo un poco más
acá cerca de mí sin esperar quedar
y preguntar ¿esto es vivir? y saber que no
que morimos cada tanto y basta descorchar
una nueva carilla ver poesía tomarla toda
como hago yo y que te gusta tanto
cuando muero y te mato y las estrellitas
tragadas reviven en mi vientre calle adentro
también se disgregan como todos
cuando bebemos poesía cuando disfrutamos
el gusto de la vida que sale de adentro
del libro del cuerpo es el mismo
viaje de libertad de silencio y soledad
porque estamos y solos no nos hace falta
decir para ser para sonreír solamente
desprenderse armar uno de esos
rompecabezas del tiempo y vivir
nunca igual inventar crear de tu mano
una posibilidad de seguir creyendo
en ir subir alcanzarnos y respirar
el aire que imprimen las letras
de esto que no comprendemos
y sin embargo nos mata y nos vive
en cada dirección de nuestras miradas
y descubrir la necesidad de desprendernos
para ir emprendiendo otro camino
SABRINA USACH
SABRINA USACH
MENDOZA
4-1-2014
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