viernes, 27 de enero de 2012

OCCUPY OAKLAND Y EL ¡ Y EL YA BASTA GLOBAL .


*Occupy Oakland y el ¡Ya Basta! global*

Por Ali Bektash y Magalí Rabasa* 

 Hace dos meses nació el movimiento “Occupy”, y ha capturado la imaginación
de millones de personas del otro lado y alrededor del mundo. Llevábamos
décadas sin ver un movimiento tan masivo y popular contra el régimen
hegemónico global, planteado por el pueblo del mismo país que perpetúa ese
sistema. Desde sus inicios en Nueva York, la estrategia de tomar las plazas
urbanas se volvió algo contagioso, y en cientos de ciudades existen
“ocupaciones” en protesta contra el sector bancario y la distribución
desigual de la riqueza.



De todas las experiencias de ocupación en distintas ciudades, la de
“Occupy Oakland”, en California, se ha destacado desde su fundación. Desde
el primer día del acampe en Oscar Grant Plaza el 10 de octubre—el día
reconocido por las autoridades gringas como el día de Cristóbal Colón, y
recuperado por movimientos indígenas como el Día de la Resistencia—"Occupy
Oakland <http://www.occupyoakland.org/>" también llevaba otro nombre:
“Decolonize Oakland.” En el acto inaugural, Corrina
Gould<http://www.youtube.com/watch?v=AKJaaQGtWmc>,
referente del pueblo originario Chochenyo Ohlone y de la ocupación de Glen
Cove <http://protectglencove.org/>, afirmó que “esta tierra no es de la
Ciudad de Oakland, esta tierra ya no es solo tierra Ohlone, es la tierra de
todos nosotros y tenemos el derecho de ocuparla”. Semanas después, el 28 de
octubre, la Asamblea General de "Occupy Oakland" aprobó un “Memorándum en
solidaridad con los pueblos
indígenas”<http://www.indybay.org/newsitems/2011/10/29/18695950.php>:
“… como una señal al movimiento nacional ‘Occupy Wall Street’ y los pueblos
indígenas aquí y allá que se sienten excluidos por el lenguaje colonialista
de *ocupación* con el cual se ha nombrado este movimiento, se declara que
‘Occupy Oakland’ aspira a ‘Descolonizar Oakland’—a ‘Descolonizar Wall
Street’—con la dirección y la participación de los pueblos indígenas…” Las
conversaciones internas del movimiento, con un gran ejercicio de
autocrítica, reflejan el proceso a través del cual la Comuna de Oakland se
ha transformado en un espacio para pensar profundamente y luchar desde *otra
* perspectiva, sin vanguardias ni líderes. La historia rebelde de esta zona
nos ayuda a entender porqué.



La organización de las Panteras Negras nació en Oakland en octubre de 1966.
A través de sus políticas de autodefensa armada, junto con servicios
autónomos y autogestionados, como clínicas y comedores matinales para niños
pobres, las Panteras Negras representan la última amenaza con tal nivel de
organización que habíamos visto levantarse contra el estado capitalista
estadounidense. Aunque fueron aplastadas por una campaña de infiltración y
asesinatos perpetrados por el FBI, a través del programa COINTELPRO, la
memoria y el espíritu de las Panteras siguen presentes en Oakland. El
movimiento de libre expresión en la Universidad de California, Berkeley,
fue fundado como parte de una campaña de apoyo a los negros en lucha en la
ciudad vecina de Oakland, y llegaría a ser reconocido como uno de los
movimientos estudiantiles más importantes en la historia del país. Sin
duda, estas dos memorias, y trayectorias de resistencia, están presentes en
las rebeliones recientes, que calentaron el terreno haciendo posible el
crecimiento de "Occupy Oakland".

La enemistad real entre la policía y los jóvenes negros en Oakland explotó
en enero de 2009. Filmada por cámaras de celulares, la policía del
transporte público disparó a un joven negro de 23 años, Oscar Grant, en la
plataforma del metro el 1 de enero. En las semanas siguientes, estallaron
enfrentamientos entre los jóvenes y la policía. Como resultado, el policía
responsable por la muerte de Grant fue encarcelado, algo que no ocurre casi
nunca en EE.UU. Nueve meses después, en la Universidad de California,
Berkeley, los estudiantes iniciaron una serie de tomas, u “ocupaciones”,
contra un aumento de la matrícula de más del 30%, y la progresiva
privatización de la educación pública.



El día de hoy, se unen en "Occupy Oakland" estos dos momentos de la
historia reciente—y sus raíces en los movimientos de los años sesenta—
desarrollando una nueva praxis de resistencia. Del movimiento estudiantil
se recupera la táctica de ocupar y la importancia de construir nuevas
relaciones a través de las ocupaciones. Del movimiento contra la policía se
recupera la hostilidad activa contra las fuerzas represivas (cada vez más
militarizadas) y sus patrones en la alcaldía. Desde el primer día no se ha
permitido que entren las fuerzas policiales al campamento, y la plaza se
nombró en memoria de Oscar Grant. Aunque se habían hecho muchas marchas de
solidaridad con Oakland desde la próspera ciudad vecina de Berkeley, el 15
de noviembre, "Occupy Oakland" realizó la primera marcha desde Oakland
hacia Berkeley. Entrando al campus al grito de "¡Aquí viene Oakland!", los
manifestantes apoyaron a los estudiantes que estaban formando su propio
campamento “Occupy”, brutalmente desalojado días después por la policía de
la universidad. Contrario a toda lógica de pensamiento convencional sobre
los movimientos sociales, allí vimos la extensión de la lucha desde el
pueblo a los estudiantes.

La comunidad autogestiva y autónoma que creció en Oscar Grant Plaza fue
desalojada por primera vez el 25 de octubre. Horas después, miles de
personas marcharon en protesta, y la policía respondió con una brutal
represión, utilizando “armas químicas” y bombas *flash-bang* contra los
manifestantes, lo que refleja la creciente militarización de la policía
urbana. El 26 de octubre, después de otra marcha (con la cual se reestableció
el campamento), la Asamblea General de "Occupy Oakland", formada por más de
2000 personas, aprobó una huelga general para el 2 de noviembre. La Huelga
General de Oakland (la primera desde 1946) fue un enorme éxito: contó con
la participación de más de 50.000 personas y logró bloquear el Puerto de
Oakland, en solidaridad con los estibadores de Washington y su lucha contra
la megaempresa de semillas, EGT. La policía desalojó el campamento por
segunda vez el 15 de noviembre, y por tercera vez el 19 de noviembre; en
cada ocasión, el pueblo respondió con manifestaciones masivas. Por estos
días, "Occupy Oakland" está viviendo un proceso interno de estrategización
y reflexión para establecer el campamento por cuarta vez. Sin embargo,
estos obstáculos no han debilitado el ímpetu imparable del movimiento, y
ahora los organizadores de "Occupy Oakland" están extendiendo la
coordinación para bloquear todos los puertos de la costa oeste el 12 de
diciembre.

Lo que estamos aprendiendo desde "Occupy Oakland" es que lo que está en
juego en este nuevo movimiento masivo no es simplemente una “ocupación”,
sino *la recuperación del espacio y de la política *en la construcción de
una nueva sociabilidad. En Oakland, este movimiento se define
explícitamente anticapitalista y anticolonial, luchando no solamente en
contra del 1%, sino también a favor de la descolonización del 99%;
reconocen así los efectos homogeneizantes de este discurso. La ex Pantera
Negra y residente de Oakland, Angela Davis, llama al 99% “una comunidad de
resistencia”<http://www.guardian.co.uk/commentisfree/cifamerica/2011/nov/15/99-percent-community-resistance>que,
a diferencia de otros movimientos, “se imagina desde el inicio como la
comunidad de resistencia lo más amplia posible”. Aquí podemos sentir la
resonancia que nace entre el movimiento “Occupy” y los procesos de
transformación y emancipación que han puesto en marcha a nuestro
continente. Nos reconocemos en las rebeliones impulsadas por estudiantes,
maestros, pueblos indígenas, migrantes, desplazados, trabajadores
desocupados, feministas, campesinos, los que viven en las calles* *y los
jóvenes, y nos identificamos con ellas, porque somos “los de abajo”, lo que
hoy se llama el 99%, y que pone en crisis la autoridad —tanto interna como
externa—.

En "Occupy Oakland" podemos percibir la formación de una nueva subjetividad
colectiva revolucionaria que se levanta para recuperar y reconstruir el
mundo, transformando la sociedad (capitalista) para crear otros modos de
vivir bien. Esta “apertura” o explosión de lo político es la condición
necesaria para que florezcan y se articulen los movimientos que se
encuentran hoy en día bajo un horizonte común explícitamente
anticapitalista, en las plazas de las ciudades del mundo y en las ondas
liberadas de los medios independientes, donde se construyen las historias
rebeldes del nuevo ¡Ya Basta! global. 

 

*Ali Bektash es integrante del colectivo Regeneración Radio. Magalí Rabasa
es integrante del colectivo Radio Zapatista. Ambos son residentes de
Oakland, estudiantes doctorales de la Universidad de California, e
integrantes del colectivo jóvenes en resistencia alternativa.

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