miércoles, 18 de enero de 2012

MEDIANOCHE EN PARIS Y LA ESTUPIDA BURGUESIA II

Muchas cosas me quedaron sueltas a partir de la película de Woody Allen, cineasta norteamericano que esta de moda en este momento, no por la calidad de sus películas sino por la fila de críticos que le pegan duro a sus películas. Pero que podríamos exigirle al gran Woody, un cineasta que trascendió todas las fronteras o por lo menos las fronteras occidentales (Creo que en la India y la China donde viven casi la mitad de la población mundial se lo ignora por completo, lugares donde encontrar un psicólogo debe ser difícil...) La atracción que nos produce en la Argentina sus películas es un fenómeno digno de analizar, necesitaríamos legiones de antropólogos, sociólogos, psicólogos, etc , y así y todo, no encontaríamos respuesta al fenómeno Allen en Argentina. Ayer el guión de la película Medianoche en París gano el Globo de Oro al mejor guión ¿? ya todos sabemos que hace rato que Hollywood no esta acertando mucho con las premiaciones pero bueno, la película seguro que se volverá a estrenar en Argentina y mucha gente volverá a sentirse en París y disfrutar de las imágenes de Francia y su Bohemia pasada por lavandina. Casualmente en un canal de aire volvieron a dar Ratatouille, una película animada situada también en París, pero con una mirada crítica hacia nosotros y hacia todos los estereotipos posibles, allí  se cuestiona no solo el valor de la crítica, que desde ya, es subjetiva y solo pretende aportar diferentes puntos de vista, ya que todos tenemos una mirada contaminada cuando vemos una obra, una película, un grupo de música, etc. En Ratatouille nos encontramos con algunos postulados que siempre fueron el centro de la cuestión, en ella, una rata termina siendo el mejor cheff de todo París ¿?, ciudad que es  o era el centro de las artes culinarias del mundo, centro que hoy en día se esta derrumbando con la aparición o la visibilidad de diferentes artes culinarias en todo el mundo, sobre todo en los países periféricos a la Europa central. Pero el tema es: todos somos artistas? todos somos críticos? todos somos buenos cocineros? Muchos artistas y críticos valoran e incentivan hasta cierto punto las expresiones culturales que no salen de los circuitos restringidos de la alta cultura, las incentivan pero cuando toman algún vuelo les cuesta legitimarlas. Ratatouille nos muestra inteligentemente cual es el lugar del crítico y como se centralizan las opiniones que conforman la opinión pública. Anton Ego, el crítico de las artes culinarias  de Ratatouille, cambia su vida cuando un simple platillo preparado por una rata, lo transporta hacia su feliz niñez (Ratatouille es un plato clásico en Francia, quizás análogo a nuestro puchero casero) y a partir de allí pasa a disfrutar de la vida como sujeto participe de una comunidad, sin interesarle que nadie le colonice la subjetividad. En Bolivia recientemente cerraron todos los Mac Donalds, después de años de luchar contra una población que tiene hábitos culinarios y tiempos diferentes para comer y preparar la comida. Pero saliendo un poco de las Artes Culinarias y volviendo a Woody y su París soñada llena de bohemios buena onda en Medianoche en París, también Allen se cuestiona sus orígenes culturales, todas sus  películas tienen algo de autobiográfico, él es uno de tantos  cineastas norteamericanos que son desterrados por Hollywood y deambulan por el mundo tratando de contar historias, quién sabe en una de esas se viene a Argentina a filmar una historia que transcurra en San Telmo y en la calle Corrientes (De alguna manera ya lo hizo Coppola en una experiencia poco feliz) . Los últimos años, Latinoamérica a empezado a tomar conciencia de su cultura y su potencial como protagonista en la cultura mundial, las políticas de estado están apuntando a eso en todos los países de Latinoamérica, construcción que es mas que difícil principalmente por el ideario formado durante décadas, que la cultura solo se puede construir mirando a París, Nueva York o Londres.... si bien muchos cineastas han luchado y luchan por crear un cine orientado a nuestras temáticas (Favio, Llinas, Ayala, Burman, Bielinsky, Trapero,etc). A mi personalmente me gustaría tener un Woody Allen argentino, que hable de nuestros hábitos de nuestras luchas culturales y existenciales, que idealice Buenos Aires y no París, el ejemplo mas cercano en la actualidad, quizás sea Martin Burman que supo crear historias urbanas a partir de su cosmovisión Judeo-Argentina. No creo que tampoco podamos construir algo genuino derribando o prohibiendo toda las expresiones culturales extranjeras pero si intentado todos los que participamos de alguna u otra manera en la cultura producir mejores bienes culturales de los que viene de afuera.

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